Certamen literario en San José de Málaga

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Con motivo de las Fiestas Patronales del Colegio San José de Málaga y su Semana Ignaciana, se puso en marcha un año más un certamen literario con el tema “ «La solidaridad en nuestro mundo”. El colegio rebosa siempre en solidaridad y más que se está poniendo de manifiesto en este año de pandemia en las distintas campañas puestas en marcha. También se han hecho presente en este certamen literario ya que han sido bastantes los que no han dudado en participar en estas fiestas que se realizaron con motivo además de la fiesta de San José en Marzo.

En la modalidad de poesía, el premio ha sido para la alumna de 4ºESO-A de Ciencias, Lucía Martín Bernardis. Y en la modalidad de relato, fue para Isabel Frías Castillo, 1º BACHILLERATO A de Ciencias en la especialidad de Tecnología.

Ambas alumnas ganadoras del certamen recibieron  un libro de regalo y un diploma de recuerdo. Aquí están sus creaciones:

MODALIDAD DE POESÍA:

Lazos solidarios
La gente cierra la puerta de su corazón,
Y no sale durante meses.
Llantos y aplausos al ritmo de una canción,
Esperando que la libertad regrese.
Una mano sincera
Queriendo ayudar al inocente
Cueste lo que cueste
A pesar de que la esperanza sea menor
Nunca faltará el amor.
Lazos solidarios
Uniones de hermanos y contrarios.
Agradecer que en el fin de nuestros días
Sabremos que habrá personas
Que siempre serán campeonas
De tener un corazón que nunca se enfría.

Lucía Martín Bernardis, 4º ESO A

MODALIDAD DE RELATO CORTO:

Un héroe sin capa

En una clase de bachillerato, al fondo, estaba sentado Lucas, un niño solitario y que casi todo el tiempo tenía el rostro alicaído. Pasaba los recreos en solitario y rara vez se le veía socializar con sus compañeros. Se sentía solo, perdido, diferente y aislado e incluso, alguna que otra vez, sus compañeros lo utilizaban como objeto de burla. En casa, las circunstancias también eran complicadas, la situación económica de su familia no era muy favorable y llegar a fin de mes les resultaba un mundo.

Todas esas preocupaciones se le repetían constantemente en la cabeza. Un día, ensimismado en sus pensamientos, no se dio cuenta de que, por primera vez, alguien se había acercado a su pupitre a hablarle:

-Lucas, espero que hayas entendido la lección de hoy y los ejercicios no te estén resultando muy difíciles.

Alzó la vista y se encontró a Don Daniel Guerrero, su profesor de matemáticas, mirándole sonriente. Don Daniel era una persona muy alegre y sociable, pero, sobre todo, era uno de los mejores profesores de la escuela. No solo por sus explicaciones, que eran magistrales, también era reconocido por dedicarse a fondo a sus alumnos, era un pedagogo sublime.

Tímidamente Lucas le retiró la mirada, pero su profesor decidido a asegurarse del correcto aprendizaje de su pupilo echó un vistazo a su hoja de ejercicios y se dio cuenta que delante no tenía a un niño cualquiera, sin lugar a dudas, ese niño era único y manejaba los números con una destreza que le dejó sin palabras.

Ante su asombro, el maestro le propuso realizar ejercicios más complicados y el joven los resolvió todos y cada uno de ellos. En esas hojas de ejercicios no se veía reflejado a ese chico solitario del fondo de la clase, sino a un genio en un cuerpo de niño.

El profesor insistió en tutelarle y formarle con materia más avanzada. Pasaron los años y su relación se volvió más estrecha, éste no solo fue mentor también fue su guía en la vida: le ayudó a relacionarse con sus compañeros y consiguió hacer amigos con sus mismos gustos, estuvo con él en los malos momentos, apoyándole siempre y haciendo que ni el más mínimo atisbo de esperanza se le desvaneciera… Pero lo que más marcó la vida de Lucas fue la beca que obtuvo para estudiar matemáticas en la universidad francesa de la Sorbona. Todo el tiempo que don Daniel le dedicó mereció la pena, cada clase, cada cuenta, cada ejercicio desembocó en un triunfo absoluto.

Finalizó sus estudios universitarios siendo el mejor de su promoción y, actualmente, ejerce de maestro en la misma escuela en la que una vez fue alumno, intentando ser el apoyo y guía de todos sus alumnos, tal y como su estimado profesor hizo una vez con él.