Tradición
Desde los inicios en la tradición educativa de la Compañía, los centros dieron gran importancia a las actividades extracurriculares. Buen ejemplo de esto encontramos en el papel que tuvo la música en la tarea evangelizadora de las reducciones, o en la importancia que la Ratio Studiorum otorgaba al teatro y la retórica. Eran elementos primordiales para la actividad pedagógica de la Compañía, que siempre buscó formar “hombres y mujeres para y con los demás”.
Valor de esta dimensión hoy
Por eso, como ha sido siempre, la dimensión Paraescolar continúa considerándose de vital importancia para nuestra misión, y continúa siendo necesaria y querida dentro del proyecto educativo y evangelizador. A través de sus diferentes actividades, debe abarcar modelos de convivencia, potenciar la dimensión creativa y la transmisión de valores.
Aportaciones al proyecto educativo del centro
Por medio de la dimensión Paraescolar queremos ayudar al alumnado con la colaboración activa del mismo y sus familias, a desarrollar:
- La mejora de las habilidades físicas, intelectuales, técnicas y artísticas.
- La profundización de las actitudes sociales, de convivencia y solidaridad.
- La consolidación de las aficiones personales útiles para el cultivo del ocio y tiempo libre.
- La mejora del equilibrio psíquico de la persona.
Aportación de la dimensión Paraescolar al proyecto ignaciano de evangelización del centro
Los centros de la Compañía de Jesús pretenden “formar líderes en el servicio y en la imitación de Cristo Jesús, hombres y mujeres competentes, conscientes y comprometidos en la compasión". Aunque no resulta fácil sintetizar dicha función de las actividades Paraescolares, con el deseo de ayudar a que puedan seguir creciendo en esta tarea y sin pretensión de agotarla, se intenta ahora recoger en cuatro ámbitos: