Educar fuera del aula

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Numerosos estudios de investigación señalan que los seres humanos necesitan la naturaleza no solo para sobrevivir, sino también para prosperar. El tiempo que pasamos al aire libre favorece nuestra salud cognitiva, social, emocional y física. Por este motivo, se está haciendo cada vez más hincapié en la utilización de espacios naturales en el ambiente educativo. Este libro está dirigido a docentes de Primaria y también a todos aquellos que deseen dar su clase al aire libre. Las ideas que propone se basan en las propias experiencias de la autora con sus alumnos. La mayoría de las actividades y sugerencias
son sencillas, y requieren una planificación y unos recursos mínimos. El aprendizaje fuera del aula abarca cualquier experiencia que tiene lugar al
aire libre, ya sean juegos en el patio de la escuela, actividades por equipos, de aventura o de valoración y cuidado del medioambiente. Los educadores pueden dar un uso innovador a diferentes lugares y espacios que estimule a los alumnos a disfrutar, crear, innovar y aprender. Es solo una cuestión de costumbre, y habituarse a aprender en la naturaleza es más “natural” de lo que parece.

Sobre el autor

Juliet Robertson es una consultora educativa escocesa que ofrece cursos a responsables de escuelas y educadores tanto en el Reino Unido como en otros
países del mundo. Está especializada en la educación y el juego al aire libre. Durante años, ha sido profesora de una escuela de Primaria. Actualmente, combina la creación de imaginativas oportunidades de aprendizaje fuera del aula con la formación a docentes, a través de ponencias y de su popular blog sobre educación: http://creativestarlearning.co.uk/blog

Claves del libro

El aprendizaje fuera del aula

Es un término paraguas que abarca cualquier experiencia de aprendizaje que tiene lugar fuera del aula, ya sean actividades de aventura, educación
medioambiental, actividades por equipos, una excursión internacional o un juego en el patio del colegio.

Lo hermoso de esta definición es que comprende experiencias grandes y pequeñas de cualquier tipo que tengan lugar fuera del aula. Lo importante, sin
embargo, es que, independientemente de dónde tenga lugar el aprendizaje, la calidad de la experiencia será la mejor posible, y será auténtica y relevante
para los niños que participen en ella.

Crear un hábito

Pensar y trabajar fuera del aula requiere disciplina y esfuerzo. Es necesario un enfoque constante y regular. Cuantas más veces se salga del aula, más sencillo y normal resultará. Lo ideal lograr que estar fuera del aula no requiera más planificación, preparación o esfuerzo que dar la clase dentro de ella. Pero siempre hay que adoptar un enfoque sostenible y basado en derechos, valorar el juego no estructurado y el aprendizaje lúdico, proporcionar un ambiente natural y desarrollar las capacidades creativas de los niños.

¿En qué lugares de fuera?

Se puede aprender en cualquier sitio al aire libre. Lo más cómodo, por lógica, es aprovechar los terrenos que rodean el centro, ya que requieren menos tiempo, preparación y dinero. Muchos colegios y guarderías cuentan con un espacio designado fuera del propio centro, como una pequeña arboleda, por ejemplo, que se utiliza de manera frecuente y habitual para diversas actividades. Si bien el proceso de establecer el espacio y las rutinas de uso de dicho espacio puede requerir tiempo y esfuerzo, merece la pena. En no pocas ocasiones constituye una buena forma de establecer lazos positivos entre la comunidad y distintas organizaciones y profesionales.