Retos tecnológicos y pedagógicos en la educación semipresencial

Que la pandemia está transformando la educación es un hecho que pocos se atreverían a discutir. La relación entre profesores y estudiantes no puede ser igual (ya nos gustaría) y trata de ajustarse a la nueva realidad que vivimos.

Hay cuestiones que recuperaremos con el paso del tiempo. Desde la propia forma de organizar la disposición del alumnado en el aula, hasta el contacto más cercano con los alumnos. Otras, habrán llegado para quedarse, como la integración de recursos y dispositivos TIC en el día a día del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Y hay un tercer bloque, de aspectos que hay que abordar ahora, y con urgencia. Uno de ellos es la atención al alumnado que no asiste a clase presencialmente, ya sea de manera temporal, debido a enfermedad o confinamiento preventivo, o por una planificación de clases que implique la asistencia al centro sólo durante unos determinados días u horas a la semana.

En mayor o menor medida, todos los centros educativos se están viendo obligados a afrontar estas situaciones en todos los niveles educativos. Y hay que tener en cuenta muchos factores, no sólo técnicos y pedagógicos, sino también la percepción que las familias tienen de la atención educativa al alumnado que se queda en casa, y la incertidumbre que genera una situación que acabará influyendo en su rendimiento académico.

En cuanto a lo TIC y lo pedagógico, hay diversas maneras de atender a ese alumnado, las podemos agrupar en dos bloques:

• Poniendo a su disposición recursos y actividades con los que pueda trabajar desde casa.

• Transmitiendo en tiempo real, o en diferido, las clases que se están teniendo lugar en el aula.

Desde el punto de vista pedagógico, resulta complicado adaptar las clases que suceden dentro del aula, con un contexto y una interacción muy marcada en cuanto a tiempos, participación, etc. a las circunstancias que el alumno encuentra en casa.

Es cierto que apostar por la transmisión online de las clases tiene, a priori, dos ventajas: las familias controlan a qué horas tienen que estar sus hijos trabajando con el ordenador y, por otro lado, para los profesores no supone una carga de trabajo añadida porque no tienen que preparar nuevos materiales en un año que ya de por sí complicado por la aplicación de protocolos y normativas.

Para el alumnado que se encuentra en casa, sin embargo, no parece la mejor opción ser espectador de un proceso que no está pensado para atender sus circunstancias.

Si finalmente se opta por la transmisión, en la parte técnica hay cuestiones que atender en cuanto a infraestructura (nunca se dimensionan las redes de los colegios para transmitir decenas de vídeos en streaming de forma simultánea), en las que una adecuada configuración de las VLAN y del ancho de banda garantizado a determinados usuarios o a unos servicios concretos, ayudarán a que la conectividad no resulte un impedimento.

También resulta fundamental un equipamiento adecuado para la grabación. El sonido en el aula es complicado de grabar y transmitir con nitidez, a menos que se disponga de un micrófono con una potente reducción de eco, o bien que se sitúe muy cerca de la boca del profesor. Cuidado con los dispositivos inalámbricos, porque si son bluetooth pueden producir que dispositivos de aulas cercanas se interfieran entre ellos, y son mucho más apropiados los UHF.

Si a esto le añadimos el uso de la mascarilla y, en muchos casos, que los profesores llevan algún tipo de amplificador de voz, el resultado puede ser una conexión compleja de cables y una configuración no demasiado sencilla.

En cuanto a la grabación, más que la definición, es importante evitar los reflejos y, en lo posible, no grabar pizarras verdes en las que se escribe con tizas. En las grabaciones, se ven con mucha más nitidez las blancas de tipo “vileda”.

Con todo, realmente es mucho más pedagógico el crear contenidos que puedan ser visualizados y trabajados desde casa, pero que también sean válidos para los alumnos que están presentes en el aula.

Grabar nuestras lecciones con apoyo de materiales en un entorno cómodo, ya sea en casa o en algún despacho del colegio, tendrá como resultado un material más adecuado tanto técnica como pedagógicamente y, además, nos permitirá que el tiempo de interacción con los alumnos, ya sea en el aula o a distancia, se pueda emplear en la resolución de dudas o profundizar en los aprendizajes que están adquiriendo.

José Márquez Vicente

Responsable de Tecnologías de la Información y Comunicación

Fundación SAFA