Humanizarnos gracias al Covid (I)

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Tiempos convulsos… Tiempos muy duros para muchas personas, por diferentes motivos. Tiempos de crisis… Y como bien sabemos, las crisis suelen ser momentos para romper con el pasado e incluso con el presente y nos abren, queriendo o no, incluso a la fuerza, a un futuro incierto, pero a un futuro inexorable y «obligado». 

Hay mucho miedo, muchos miedos. Lo vemos por todas partes, en todas las personas. Unos lo viven de una manera, otros de otra; pero todos tenemos miedo, asombro, incertidumbre, pesadez, ansia… Esos miedos nos pueden llevar a encerrarnos en nosotros mismos, pensando solo en uno mismo. También a alejarnos de las personas que nos rodean, incluso físicamente, dando un paso al lado de aquella persona con la que me cruzo. También a no mirar, no abrazar con la mirada (que es el único abrazo que nos queda…). 

Ese miedo está llevando a mucha gente a desentenderse de la gente. A no ponerse en el lugar del otro. A no entender las diferencias y dificultades que tiene la otra persona para cumplir una norma. El miedo está incluso sacando algunas cosas malas y negativas que a veces llevamos dentro y que ahora podemos pensar que no hay porqué ocultar… Parece que tenemos licencia para atacar, hablar mal, criticar, no hacer bien nuestro trabajo, creerse que yo soy el único o mi gente somos los únicos que lo hacemos bien… Y todo esto en medio de un ambiente muy enrarecido. En lo social, en lo económico, en lo político, en lo familiar, en lo laboral, en lo religioso, en lo periodístico, etc. 

No ayuda mucho que haya tanta desinformación; que en el mundo de la política haya tanto ruido y tan poca mediación y (en apariencia) muy pocas ganas de hablar-negociar-ceder-renunciar… por el bien común de las personas y la sociedad. Tampoco ayuda que en el mundo laboral haya tanta necesidad, explotación, falta de escrúpulos, intereses particulares por encima de los colectivos. No ayuda que en el mundo sanitario esté todo tan desbordado, con tan poca ayuda, que ahora encima les critiquemos y echemos por tierra su trabajo y su abnegación, así como que no luchemos por ellos y por todos. Que en el mundo de la educación no estemos todos a una para ofrecer una educación digna y de calidad a toda la infancia y todo el alumnado, así como protección a todos los profesionales del ámbito educativo. No ayuda que nos tiremos los trastos a la cabeza unos a otros continuamente… que no seamos capaces de reconocer lo bueno que hacen los demás y tomemos la parte por el todo, que, si uno lo hace mal, ya pensemos que todos lo hacen mal. 

Entonces, ¿está todo perdido?, ¿se ha llevado por delante esta crisis todo lo bueno?, ¿ha sacado lo peor y ya no podemos tener esperanza?, ¿ya damos por acabada nuestra sociedad y los valores positivos por esta crisis?, ¿van a conseguir algunos que esta crisis nos enfrente a todos? Unos contra otros… otros contra unos… ¿No hay una posibilidad de mejorar y salir mejor y reforzados de esta crisis? 

Ismael Valdivia,
Coordinador Dimensión Social. Col. San José Villafranca