Los retos de la formación en Educsi

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La Formación en Educsi sigue siendo uno de los retos más importantes a los que nos enfrentamos. Formar a nuestros formadores es la mejor manera que tenemos de asegurar que nuestros centros educativos responden a la misión a la que son llamados. Para reflexionar sobre esto, durante la mañana del jueves, 27 de octubre, más de 60 directores y directoras de la Red Educsi se han reunido vía online.

La reunión comenzaba con la intervención del Delegado de Educsi. Antonio Allende, SJ, que, a modo de motivación explicaba que «hay que afilar el hacha» para poder seguir trabajando. Además, afirmó que la formación es un pilar fundamental para la Compañía de Jesús» y que Educsi, heredero de la antigua Conedsi, también heredó de ella la importancia de ligar la identidad ignaciana y la formación de nuestro profesorado. «Estamos tocando tierra sagrada», aseguraba el jesuita.

«Hemos hecho, mucho», continuaba, «pero nosotros aspiramos al MAGIS». Y terminó aseverando que la sostenibilidad de nuestra misión educativa pasa necesariamente por la formación de nuestros agentes educativos: «lo que hace un buen colegio no son los planes de estudio ni las instalaciones: son los claustros».

Miguel Poza, responsable del área de Formación de Educsi, continuó la mañana hablando de la Cultura Vocacional y del mejor método para transmitir esta cultura en nuestras escuelas. «Es un proceso que no acaba nunca y que se inicia desde el minuto uno en que pisamos el colegio». También puntualizó que la Compañía de Jesús no quiere autómatas, sino personas que se ilusionan con el proyecto y son capaces de desarrollarlo en sus propios lugares de trabajo: «si no le pedimos ser autómatas a nuestros estudiantes, mucho menos a nuestros profesores», decía.

Para trabajar en cultura vocacional, Poza enumeró estos seis puntos a tener en cuenta:

  • Aprendizaje vocacional

  • Educadores y centros autónomos

  • Ilusión y re-ilusióncon la Misión

  • Necesidades institucionales y personales

  • Alineamiento del talento y modelo organizacional

  • Clima y cultura laboral

Además, aclaró, que este proceso de formación ha de adaptarse, en palabras ignacianas a «personas, tiempos y lugares», para evitar el trazo grueso y poder ofrecer a cada uno lo que necesita, de tal manera que cada uno pueda ofrecer a su misión lo que tiene.

Tanto Álvaro Lobo, SJ, delegado de la subcomisión de Pastoral Infantil y Colegial, como Miquel Amor, responsable de Formación de la Fundació Jesuïtes Educació pusieron sobre la mesa los restos que se han identificado para mejorar los planes de formación del profesorado:

  1. Cómo hacer que la reflexión sobre la práctica diaria vida colegial)sea un eje fundamental de la formación de los educadores.

  2. Cómo elaborar/disponer de un plan de formación adecuado para que los educadores puedan desempeñar los puestos de responsabilidad.

  3. Cómo favorecer que la relación con los otros y el intercambio horizontal (homólogos, redes, fundaciones, zonas…) sean elementos deformación.

  4. Cómo incorporar a la formación realidades y experiencias externas más allá de nuestro contexto (geográfico, educativo, cristiano, ignaciano…).

  5. Cómo lograr la transmisión y, sobre todo, la recepción de la identidad educativa ignaciana.

  6. Cómo proponer una formación integral que acompañe al desarrollo profesional y vital de los educadores

Tras un rato de trabajo en grupos más reducidos, algunas de las reflexiones y reformulación de retos que salieron fueron la necesidad de disponer de más y mejor tiempo para la formación, de trabajar en red a diferentes niveles, de transmitir la identidad ignaciana…

Una jornada necesaria e interesante dentro del ajetreo diario que, con el tiempo, seguirá dando frutos.