Pan y chocolate

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No todo se resume en “Pan y Chocolate”. Ni mucho menos. Pero esto forma parte del principio.

En los años 50, del pasado siglo, un jesuita con funciones pastorales en Salamanca, toma conciencia de la necesidad de que los niños que correteaban por los barrios de la Prosperidad, Delicias y el Rollo, tuvieran la posibilidad de ir a un colegio. Y con un empeño y tesón inquebrantables se propuso crear una escuela. En 1954, como si se tratara de un “Milagro”, comenzó a funcionar el Colegio San Estanislao de Kostka con 6 aulas. Solo 6 años después ya había 16.

Los niños que venían a él eran, prácticamente todos, hijos de familias muy humildes y con poco recursos y, a su fundador, el Padre Basabe, se le ocurrió que, para celebrar el día del patrón, todos ellos tuvieran un pequeño bollo de pan acompañado de algo que, por aquel entonces, era un bien escaso: una onza de chocolate. Y consiguió que todos los alumnos del colegio pudieran ese día de celebración comerse su pan con chocolate.

Quizá ahora no sepamos valorar lo maravilloso que era para los niños de aquellos años, pero ningún antiguo alumno del centro podrá olvidar nunca que, todos los días de San Estanislao, el colegio les repartía su bollo de pan con chocolate.

Y eso se celebró el pasado viernes, de una forma especial debido a la pandemia en que vivimos. Cada alumno recibirá por primera vez su bollo de pan embolsado y el chocolate envuelto en pequeñas porciones de chocolatina, para así garantizar todas las medidas sanitarias, pero no habrá ningún niño o niña que se quede sin saborear otro trocito de historia de este histórico colegio salmantino.