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27 noviembre, 2017Esos tres sencillos adjetivos bastarían para describir al Sistema ECCA de enseñanza a distancia. Sin embargo, detrás de esa aparente sencillez se encierra una larga historia educativa que ha permitido formarse a más de dos millones y medio de personas a lo largo de cincuenta y tres años en tres continentes.
La intención del jesuita Francisco Villén de enseñar a través de la radio les resultó utópica incluso a aquellos primeros entusiastas que secundaron su aventura. Pero la grave situación de Canarias en los años 60 y la ilusión por revertir esa situación resultaron determinantes para que se hiciera realidad. De esta forma, surgió un Sistema formado por tres elementos interdependientes (material didáctico, clase grabada y acción tutorial) y que desde sus inicios eligió a la tecnología como aliada para superar todas las barreras espaciales y temporales. Cada uno de estos elementos tiene sus peculiaridades, pero carecen de autonomía para funcionar por sí mismos, ya que solo resultan realmente útiles dentro de este singular engranaje. Analizándolos uno por uno, vemos que el material didáctico, que puede ser impreso u online, se caracteriza por ir más de lo más fácil a lo más complejo, teniendo como soporte principal para ello unos esquemas que destacan por su concisión y claridad y que, además, se conciben para ser grabados; por lo que se diseñan con la finalidad de que alcancen su verdadero sentido dentro del segundo elemento (la clase ECCA). Este segundo elemento nos permite diferenciarnos del resto de metodologías a distancia, ya que el alumnado de ECCA tiene clases, unas clases que puede seguir por radio, internet o aplicaciones para dispositivos móviles y que son impartidas por dos profesores a la vez (otra singularidad). Clases en las que no solo tienen que limitarse a transmitir conocimientos, sino que también deben convertirse en dos voces amigas con las que tratamos de combatir al peor enemigo de la educación a distancia: la soledad del alumno/a. Estos dos elementos desembocan en la acción tutorial, cuyas principales virtudes son la cercanía y calidez con las que se trata al alumnado, potenciando así el lado más emocional de la enseñanza.
Por tanto, si decimos que el Sistema ECCA se caracteriza por su flexibilidad, es porque ha sabido adaptarse a diferentes épocas y circunstancias, si señalamos que es plural, lo hacemos porque con él hemos enseñado a la población adulta todo tipo de materias y contenidos (idiomas. contabilidad, informática, etc.) y si indicamos que es universal, lo hacemos porque nos ha servido para cumplir con nuestra misión en los tres continentes en los que hemos actuado (Europa, África y América).
P.D. A la hora en la que leas este artículo, habrá alguien en algún lugar de España, Cabo Verde o Guatemala que estará sintonizando por radio o bajándose a través de internet una clase ECCA. Con total seguridad se tratará de alguien que ha descubierto en esos audios el sonido de las segundas oportunidades, un sonido que le confirma que nunca es tarde para empezar de nuevo.