Vivir la Pascua como gente esperanzada

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Un año más, del Miércoles Santo al Domingo de Resurrección vivimos la Pascua en Úbeda. Un total de 72 de alumnos procedentes de los colegios Portaceli de Sevilla, San Estanislao de Málaga y San José de Villafranca, que estuvieron acompañados por 16 monitores, de los cuales 4 eran jesuitas.

Después de una mirada hacia dentro, empezamos el Jueves Santo celebrando el día del Amor Fraterno: cómo amo, cómo me aman y cómo me ama Jesús (hasta el extremo), dando testimonio con el lavatorio de los pies. El Viernes Santo reconocimos nuestras cruces, nuestros dolores y nuestros pecados; pidiendo a Jesús que nos ayudara a cargar con estas cruces. Pero llega el momento en que Dios se esconde y viene el silencio (Sábado Santo). Un silencio que nos invita a sentir, a hacer memoria agradecida y desde ahí pedir perdón. Y Dios vuelve a aparecer (noche del Sábado Santo): Jesús resucita para salvarnos de la muerte y del pecado. Jesús vence a la muerte porque es vida. Jesús gana al pecado porque es Amor. Y con la Resurrección nos trae esperanza para vivir con un sentido y para vivir con más fe y en comunidad, en Iglesia, SIENDO GENTE ESPERANZADA.

Destacar la convivencia, la participación y la oración de todos los chicos y chicas. Realmente no había diferencias de un centro a otro, todos éramos UN ÚNICO COLEGIO.  Y agradecer el entusiasmo y buen hacer del equipo de monitores, que han sido el motor de esta Pascua.

Compartimos el testimonio de la alumna Belén Castro Litón, del Colegio San José Villafranca:

“Pascua’23 ha sido un nuevo descubrimiento de mí misma y de mi relación con Dios. Una experiencia que no nos ha dejado indiferentes y que nos ha servido para desconectar de los estudios y volver a conectar con nosotros mismos. Cuatro días en los que daba igual si a la persona a la que tenías al lado no la conocías de nada, si erais de diferentes ciudades o si ya os conocías de antes, pues allí todo te sorprende. La magia de esta experiencia es saber que todos somos muy diferentes pero que estamos unidos por una misma causa: JESÚS. ¿Cómo es posible que conozcas lo más profundo de estas personas con las que hablas de estos temas que lo de tus amigos que estás con ellos todos los días?

Pues sí, esta es la magia de la Fe, de amar hasta el extremo, de abrirte a los demás, de dejarnos encender y ser Tu luz, de dejarnos la piel y de querer ser locos una vez más que apuestan por una vida de Su mano. En estos días he vivido mi mayor encuentro personal Contigo y solo puedo estar agradecida por sentirTe más cerca que nunca y por todos los que lo han hecho posible. Que la cruz siempre sea una nueva oportunidad para amar hasta el extremo, amor por la vida, la familia, la amistad… amor a Ti”.