Gestión, pastoral y pedagogía: una mirada profunda a nuestras clases de religión
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16 enero, 2024De la mano de Carlos Entrambasaguas (profesor del colegio San José – Jesuitas de Valladolid y miembro de la comisión de ciudadanía global) hemos planteado esta interesante reflexión sobre la ciudadanía global.
La ciudadanía global es un concepto muy implantado en los colegios de la red Educsi. También sus cinco ámbitos de actuación: justicia social, interculturalidad e inclusión; equidad de género y coeducación; desarrollo humano y sostenibilidad o participación democrática. Todo ello, desde una perspectiva global.
Por ello lanzamos una pregunta: ¿Cuando hablamos de ciudadanía global hablamos de implementar unos campos de actuación? Educar a nuestros estudiantes en una mirada universal del mundo no es simplemente un objetivo; es un compromiso profundo enraizado en la esencia misma de la educación jesuita. La ciudadanía global va más allá de un enfoque pedagógico (o no es algo exclusivamente un enfoque pedagógico). Es una invitación a sumergirse de forma integral en la justicia social, la interculturalidad, la equidad de género, el desarrollo humano sostenible y la participación democrática, con una concepción global del mundo.
Vertebrar un colegio jesuita con mirada global
Tampoco es una mera adición al plan de estudios; es una forma de mirar al mundo con ojos impregnados de fe, respondiendo a los desafíos contemporáneos con una perspectiva universal. Es una llamada a actuar, a no cerrar los ojos ante la periferia, recordando que Jesús está presente tanto márgenes físicos de la sociedad, como en los de los corazones.
Esta visión, por tanto, implica querer salir más allá del aula. La ciudadanía global busca transformar la cultura de todo el centro educativo. Aprovechando el ámbito competencial que brinda la LOMLOE, aspiramos a formar estudiantes competentes y comprometidos, capaces de abordar la realidad de un mundo polarizado desde una perspectiva crítica.
Con la inclusión de la ciudadanía global en los materiales curriculares contribuimos para que “nuestros colegios sean una magnífica plataforma para escuchar, servir y contribuir a que los niños y los jóvenes de hoy puedan soñar con un mundo nuevo, más reconciliado, justo y en armonía con la creación, del que ellos mismos han de ser los constructores” (P. Arturo Sosa, 2017).
Conmoverse como el buen samaritano
La ciudadanía global es una llamada a la acción no solo en las aulas sino en la cultura misma del centro, de cada persona de nuestras comunidades educativas. Conmoverse ante la periferia, como el buen samaritano, es un principio y también motor que impulsa una transformación profunda.
Esto nos exige salir del entorno más cercano, de lo interno. La ciudadanía global se convierte en la herramienta esencial para formar hombres y mujeres compasivos y también agentes activos de cambio. Personas que no quieren perpetuar estructuras injustas.
Aplicación real en los colegios
Un ejemplo de aplicación en centros educativos es el proyecto ‘Educa en Global’, de Fundación SAFA. En él, la Ciudadanía Global y el design thinking se entrelazan para ofrecer experiencias educativas transformadoras. Son procesos de estudiantes enfrentándose a algunos desafíos del mundo real. Aquí, la Ciudadanía Global no es solo una teoría, sino una práctica tangible.
Sin olvidar, tampoco, a los docentes. El educador ignaciano del futuro debe mantener coherencia entre sus palabras y sus acciones, en su manera de proceder. Estos últimos años se han sucedido las formaciones en en los claustros o en las experiencias conjuntas de la red Educsi. Generar espacios de sensibilización y herramientas específicas que ayudan a establecer los cimientos para transformar la cultura de enseñanza. Los educadores no solo imparten conocimientos, son catalizadores de cambio, llevando consigo la visión de una ciudadanía global arraigada en el corazón de la educación jesuita.